Título: De careo en Lampayana |
El pastor ha de guiar al rebaño llevándolo a los términos donde haya pastos no esquilmados y donde las ovejas puedan beber. En esta labor es esencial la ayuda de un perro carea que sepa actuar con inteligencia y siempre a las órdenes del amo.
Las ovejas pueden tener querencia -«se apegan» dicen los pastores de nuestra tierra- por un lugar determinado. El pastor ha de saber si puede dejarlas allí o ha de sacarlas. A las dificultades propias del pastoreo se añade en la actualidad el trasiego de vehículos por los caminos transitados por las ovejas, de ahí que pastor y perro tengan que andar con cien ojos.
En España hay una raza de perros muy apreciada por los pastores, recibe el nombre de gos d’atura, pastor de los pirineos, pastor vasco, roncalés. Básicamente se trata de la misma raza aunque con subtipos diversos. En La Rioja a este tipo de perro se le ha denominado perro lanichas, lanudo o de lana por la abundante mata de pelo que cubre su piel. Copi, la perra de los Villarroya, no es una excepción, solo que la han esquilado para soportar mejor los calores del verano. A estos pastores calahorranos les ha gustado criar sus propios perros, seleccionando a los más inteligentes. Julio padre todavía recuerda a uno llamado Morito que fue excepcional para el ganado.
El pastor ha aprendido y desarrollado un pequeño lenguaje para dirigirse al ganado y al perro. Llama la atención para que las ovejas se pongan en marcha con silbidos y voces sonoras y se dirige al perro con palabras concretas y gestos que éste entiende.
El terreno por el que se mueven las ovejas de Julio, lleno de huertas y fincas de cultivo, obliga a los perros a mostrar una especial habilidad para que las ovejas respeten los lindes. «Al orillo» es la voz del amo cuando manda a su perro que se coloque en un ribazo e impida el paso del ganado.
Julio, antes de regresar al corral del Molino del Royal, guía a las ovejas al cauce del río Cidacos donde siempre hay una surgencia de agua pese a la sequía estival.
Bibliografía:
- Luis Vicente Elías Pastor y Carlos Muntión Hernáez, Los Pastores de Cameros, Comunidad Autónoma de La Rioja, Logroño, 1989.