Título: El parricida + No me entierren en sagrado |
Un padre tenía un hijo un hijo pa su regalo
El padre que ha de ser cura el hijo que hae ser casado
El padre como buen hombre (sic)
ha ido a pagar lo que debía y a cobrar lo que ha prestado.
El hijo como traidor le ha ido siguiendo los pasos
y en los campos de Trujillo ambos se han encontrado.
-¿Dónde vienes?, hijo mío, ¿dónde vienes?, mi regalo.
-A matarle vengo, padre, corazón endemoniado.
-No me mates, hijo mío, que tú has de ser el casado-.
Estas palabras que ha dicho la cabeza le ha cortado
ha ido a lavar el cuchillo a un arroyo escarlatado
y cuanto más lo lavaba estaba más ensangrentado.
Ha pasao donde su madre le saca de merendar
le saca manteles blancos manchados de sangre están.
-Merienda, tú, hijo mío, merienda, tú, mi regalo.
-Yo no quiero merendar que ya vengo merendado
que en los campos de Trujillo dejo a mi padre matado.
-¿Qué me dices?, hijo mío, ¿qué me dices?, mi regalo.
-La verdad le digo, madre, como estoy aquí sentado
si en esta hora muriese no me entierren en sagrado
ni toquen campanas por mí ni hacerme lutos ni llantos
donde a mí me han de enterrar ha de ser en un verde prado
donde no entren ovejas ni otro ningún ganado
y en la cabecera pongan un librito colorado
con un letrero que diga: aquí ha muerto el malogrado
no ha muerto de calenturas ni de punta de costado
que ha muerto del mal de amores que es un mal desesperado-.
El parricida, rara avis del romancero tardío, con muy contadas versiones en las provincias de Castilla la Vieja. El final de la intriga se soluciona con los versos de un comodín de raigambre en el romancero hispano, No me Entierren en Sagrado.
Alejandra, acercándose a los cien años, siguió cantando romances.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero de la sierra riojana, edición del autor, Logroño, 1999.
El tema puede escucharse en el CD que acompaña la obra.