Ángeles somos,
del cielo venimos,
ropa pedimos
para el Monumento
que está descubierto
y no está completo.
A las completas, mujeres,
que tocan los cascabeles,
la que no quiera ir
que se eche a dormir,
la que no le dé la gana
que se eche a la cama.
¡La primera!
¡La segunda!
¡La tercera!

Monaguillos y niños salían por las calles del pueblo tocando la matraca para anunciar las funciones de Jueves y Viernes Santo entonando esta cantinela. Los versos de «ropa pedimos para el monumento» seguramente sean recuerdos de épocas pasadas cuando saldrían antes del jueves a pedir por las casas ropas para montar el monumento de Semana Santa.

Señoras de Mansilla de la Sierra que una tarde de agosto del año 1996 nos contaron las costumbres de cuando La perla de la Sierra -como era conocida Mansilla- todavía no había sido cubierta por el embalse.