Tras la Anunciación de María, cuando San José se entera que su esposa se ha quedado embarazada sin haber tenido contacto carnal, le surge la duda de seguir o no compartiendo su vida con ella. Un ángel le dice en sueños que su embarazo ha sido obra del Espíritu Santo. Esto es lo que nos dicen los evangelios canónicos, sin embargo algunos evangelios apócrifos e incluso El Corán hablan de un pasaje añadido a éste: el hombre que se hará cargo de una mujer virgen y embarazada será aquel que entre doce le florezca la vara que porta. Floreció la que llevaba José de Nazaret.

Pese a que no figura en los evangelios canónicos, la iconografía cristiana viene representando desde el siglo V a José con una vara florida, generalmente de azucenas, aunque en la tradición oral son varias las flores que gozan de la voz vernácula «Vara de San José».

Consideramos el testimonio de Concha como una leyenda evangélica.