Riojarchivo

 

Título: Reparto de fincas, quiñones y huertos
Clasificación: Testimonios etnográficos
Localidad: Santa Marina
Informante: Marino Domínguez García (14-10-1934)
Recopiladores: Helena Ortiz Viana y Javier Asensio García
Lugar y fecha de recogida: Santa Marina, 9 de septiembre de 2025

 
Santa Marina se encuentra ubicada en una loma. El lado sur de la loma es el Prao, de ahí el nombre de praeños que se da a los habitantes de la aldea, de frente se encuentra la Dehesa o la Granja, con arbolado de roble. Girando a la izquierda de la Dehesa comienzan las fincas de sembradura que dan la vuelta alrededor de la loma para terminar en el lado norte. El número de fincas es de once y el conjunto se llama genéricamente La Finca. Las once fincas son propiedad del pueblo.

Desde antiguo, quizás desde la propia fundación de la aldea, son once los vecinos de la misma y once el número de fincas. El sentido comunitario y de igualdad se ha mantenido durante siglos: cada cuatro años se sortea a qué vecino le corresponde cada finca. Todas son más o menos parejas en extensión y productividad. Allí se ha cultivado el cereal, las patatas y las alubias.

Pero llegado el tiempo de la rastrojera el ganado podía entrar a las fincas a comer. Entonces se usaba un término más propio del lenguaje pastoril: el quiñón. Eran once los quiñones del pueblo, que se correspondían con el número de fincas, en realidad era lo mismo.

A la mano derecha de la Dehesa hay un pequeño arroyo que sirve para regar el Huerto Lugar (huerto del lugar). Este huerto, igual que las fincas, es divisible en once partes y también se echaba a suertes cada cuatro años para decidir qué huerto de los once le correspondía a cada vecino.

Esta forma de organización conlleva un alto grado de cohesión social. Los vecinos se llevan como si fueran una misma familia, cabe suponer que esto ocurre desde la propia fundación de la aldea y la decisión de sus primeros pobladores de instituir unas normas duraderas. Un caso similar ocurre con otra aldea cercana aunque del valle del Leza en el Camero Viejo, Valdeosera, que mantiene los usos comunales en torno al número trece, pues son trece los vecinos, trece las casas, trece las fincas, los turnos para la matanza, la siega, etcétera.

Marino utiliza los términos «entrada» y «salida» en el mismo sentido que se usaba en la Edad Media. Quienes venían a vivir al pueblo siendo de fuera tenían permiso de «entrar» en él y de pastar en las «salidas» (exitus en latín, de ahí egido) pero no en los quiñones de la Finca que eran propiedad de los once vecinos.

Paralelos:

Las trece casas de Valdeosera

Bibliografía:

  • José Luis Moreno Martínez y Araceli Moreno Martínez, El pueblo de las trece casas. Recuerdos de Valdeosera, Piedra de Rayo, 2011.
  • Ernesto Reinares Martínez, «Municipio y Rentas feudales en el Alto Valle del Leza» en El Camero Viejo, tomo I, Amigos de San Román, 1998.