Título: El rosario de las vacas |
Una de las fiestas más curiosas que se conservan en La Rioja es la del rosario de las vacas en Ajamil de Cameros. La costumbre venía del siglo XIX, se perdió a finales del siglo pasado y se ha vuelto a recuperar en el XXI. La costumbre es la de salir el pueblo en procesión rezando el rosario yendo las vacas por delante de la comitiva. En definitiva, una procesión con vacas.
Los lugares altos y húmedos de La Rioja, como Ajamil de Cameros, son propicios para la cría de las vacas. Las vacas eran particulares de los vecinos pero salían a pastar de manera comunal con un vaquero encargado de ello. Desde Todos los Santos y durante el invierno permanecían en las cuadras; a partir de San José, el 19 de marzo, el vaquero se hacía cargo de llevarlas a Monterreal para que se alimentaran de pasto en el monte. Las vacas necesitan un suplemento de sal en su alimentación, sal que no se la aportaba la hierba. Cuando las vacas bajaban al pueblo a tomar la sal en día de fiesta señalada había un doble motivo de celebración. El día de mayor fiesta era el 15 de agosto: las vacas habían bajado al pueblo a tomar la sal; por la tarde volvían al monte al amparo de una costumbre muy protocolizada: el vaquero tocaba una corneta, reunía a la vacada en la plaza y las vacas y vecinos partían en procesión rezando el rosario desde la iglesia de la Asunción hasta la ermita de San Martín; de allí las vacas volvían al monte con el vaquero y los ajamileños regresaban con la imagen de la Virgen a la iglesia.
El rosario es una anécdota más de lo protocolizada que estaba la vida común en los pequeños pueblos serranos. La vacada de la villa se regía por un reglamento escrito en las Actas de la Junta conservadora de la vacada. Allí se especifica:
«Que en memoria del Establecimiento de la Sociedad, tenga esta todos los años en la tarde del 15 de Agosto de cada uno, Rosario Cantado, al que deberán concurrir todos los Yndividuos, yendo desde la Parroquia a la Hermita de San Miguel o San Martín, pidiendo al Señor por las necesidades de la Yglesia y del Estado y por los Bienechores del Pueblo. Madrid quatro de Junio de mil ochocientos treinta y tres.»
(Varios, Recuerdos de Ajamil, páginas 32-33)
Bibliografía:
- Varios, Recuerdos de Ajamil. Cameros Viejo, Asociación de Promoción Social y Cultural, Logroño, 1999.
- María Teresa Hernández Donamaría, «El Rosario de las vacas y los vaqueros de Ajamil» en revista Belezos, nº 7, Logroño, 2008, páginas 78-83.