Título: Pin pin zarramacatín |
Las viejas poesías sin sentido y hasta una oración muy antigua -la oración del peregrino- eran usadas por los niños y sus padres para un juego que es una rueda de pellizcos. Con todas las manos infantiles colocadas sobre una mesa, el padre, la madre o el mayor de los niños, empezaban a pellizcar rítmicamente mano por mano, en el sentido de las agujas del reloj:
Pin, pin, zarramacatín
cuchilleja San Martín.
San Martín está en la huerta
con su capillita puesta
esperando al redentor
que le diga la oración
la oración del peregrino
coge la bota y vete a por vino.
Cuatro pollitos
tiene mi abuela
que saben nadar
trascolar
dar la vuelta
a la redonda
ésta siga
y ésta esconda.
En este momento, el niño en cuya mano ha caído el pellizco tiene que ponerla debajo de la mesa; y sigue el juego.
-¡Hala, María! saca la manita.
-No, que me la ha comido el ratón
-Algo te habrá dejado.
-Los huesitos bien rumiados.
-Sácala por bien.
-¡Ahí la tienes por sartén!.
La mano vuelve a la mesa.
Frío, frío, caliente, caliente
debajo del puente.
Se trata de un sencillo juego tradicional que favorece el desarrollo psicomotriz del niño, la socialización y el pasar un rato divertido.