Riojarchivo

 

Título: El dragón de las siete cabezas
Clasificación: Cuentos
Localidad: Alcanadre
Informante: Rocío González Oliván (1-4-1954)
Recopiladores: Javier Asensio García y Helena Ortiz Viana
Catalogación: Aarne-Thompson-Üther 531, The Clever Horse + 300 The Dragon-Slayer; Camarena-Chevalier 513, El caballo consejero + 300, El dragón de las siete cabezas
Lugar y fecha de recogida: Alcanadre, 10 de mayo de 2025

 
Un pez prodigioso le da varios dones a un pescador humilde: un trozo del pez se lo tiene que comer su mujer; otro trozo enterrarlo en el suelo; un tercero dárselo a su yegua y el restante echárselo a su perra. La raspa del pez tenía que partirla en tres partes y guardarla. Así lo hace. Al cabo de nueve meses la mujer del pescador pare trillizos; la yegua tres potros, la perra tres perritos y del suelo salen tres peces espada.

Todos crecen a la vez pero la familia seguía siendo pobre. Cuando los hermanos se hacen mayores de edad, el primero en salir del vientre de su madre decide marcharse a buscar fortuna llevándose con él a uno de los tres caballos, uno de los perros y la espada que había nacido con uno de los peces. Los otros dos hermanos estaban dispuestos a seguirle en su aventura y el primogénito cogió la tercera parte de la raspa del pez, la clavó en un árbol y les dijo a sus dos hermanos: «Si veis que el árbol se pone mustio id a buscarme».

El mayor de los tres salió del pueblo, anduvo durante mucho tiempo hasta que llegó a un reino donde un dragón de siete cabezas tenía atemorizados a todos: cada año tenían que darle a una doncella y éste año le tocaba a la hija del rey. Nuestro héroe se enfrentó al dragón; mientras su perro Chache le ladraba a la fiera, el joven le cortó las siete cabezas y las siete lenguas, cogió las lenguas y las guardó en su zurrón como trofeo. Al llegar a la posada se encontró que todo el reino estaba feliz porque un desconocido había logrado matar al dragón, salvar a la princesa y liberar al reinado de tan horrible tributo. En la posada se enteró de que el rey había prometido que quien matara al dragón se casaría con la princesa. Nuestro héroe fue al palacio y se encontró con que el maestresala del rey había hecho trampa ya que había cogido las cabezas del dragón y las había llevado ante el rey como prueba de que había sido él quien lo había matado. Entonces el joven se presentó diciéndole al rey que el maestresala era un impostor y que el matarife del dragón había sido él. Sacó las lenguas del zurrón y se comprobó que se correspondían con las del dragón. El joven y la princesa se casaron.

En la noche de bodas la princesa le dijo al nuevo príncipe que cerca del reino había un lugar llamado el Castillo de irás y no volverás y que, como su nombre indicaba, todo el mundo que iba no regresaba. En el castillo estaban las riquezas que una bruja había robado durante mucho tiempo. El recién casado se levantó de la cama y se fue a conquistar el famoso castillo. Al llegar allí se encontró con la bruja a quien le preguntó si aquel era el Castillo de irás y no volverás. La bruja le contestó que así le llamaban pero que no era verdad, que podía entrar al castillo sin miedo, ver las riquezas que tenía y volverse a su casa cuando quisiera. Nuestro héroe cayó en la trampa, entró al castillo y la bruja lo encerró.

El segundo de los tres hermanos vio que el árbol donde había clavado la espina del pez se estaba secando y dedujo que su hermano estaba en peligro. Entonces decidió ir a buscarlo, anduvo y anduvo durante varios días hasta llegar al reino de la princesa; como los tres hermanos eran idénticos la gente lo recibió con algazara diciendo que había sido el primero en regresar del castillo de irás y no volverás. Este segundo hermano se dio cuenta de la situación, de que su hermano se había casado con la princesa, de que lo estaban confundiendo con él y de que su hermano mayor estaba en peligro. Llegó la noche y se acostó en la cama con la princesa pero le puso la espada en medio para que no tuvieran contacto carnal. Aquí nos encontramos con un motivo folklórico, el objeto, en este caso la espada que colocada entre un hombre y una mujer impide la unión carnal, ocurre en el romance de Gerineldo como testigo de que el rey ha visto a su hija acostada con el paje, ocurre en el romance de La hermana cautiva donde la espada impide el incesto del hermano que sin saberlo lleva a su hermana montada en su propio caballo.

La princesa se extraña de que su presunto marido no quiera contacto con ella y éste le dice que hasta que no conquiste el Castillo de irás y no volverás y libere a todos los hombres atrapados en él no volverá a tener contacto con ella. Se levanta por la noche, coge su caballo, perro y espada y se dirige al Castillo de irás y no volverás. Se encuentra con la bruja y ésta lo engaña como a su hermano mayor.

El hermano pequeño observa que el árbol donde está clavada la espada aún se amustia más. Decide salir a salvar a sus hermanos, es recibido como un héroe en el reino, se acuesta con su cuñada sin que esta se percate que no se trata de su marido, pone la espada en medio para guardar la fidelidad de ambos y de madrugada sale al Castillo de irás y no volverás para liberar a sus hermanos. Por el camino va pensando que si sus dos hermanos no volvieron, él ha de hacer lo contrario de lo que la lógica le dicte. Así, cuando la bruja le dice que puede entrar en el castillo sin temor, que sí que están sus dos hermanos y que ese no es el castillo de irás y no volverás, el hermano pequeño desconfía y en lugar de entrar deshace su trozo de raspa, lo convierte en polvo y se lo echa a la bruja. La bruja entonces se desvanece, deshecha en pedacitos más pequeños que un confeti. Nuestro tercer héroe entra en el castillo y libera a sus hermanos y a todos los prisioneros. Los tres regresan al reino y la princesa descubre por qué los hermanos de su marido habían colocado la espada. Las riquezas del Castillo de irás y no volverás se las quedan los dos hermanos pequeños.

La versión procede de Arrúbal, de donde era el abuelo materno de la informante.

Es este cuento otros de los grandes hallazgos que aún nos depara la tradición oral moderna. No lo habíamos escuchado desde el año 2008 cuando un gitano de Allo (Navarra), Fabián Amador Jiménez, el mejor narrador de cuentos que ha habido en España en los últimos tiempos, nos contó una versión muy parecida a ésta.