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Título: El paso de David, danza de las Viniegras
Clasificación: Danzas procesionales
Localidad: Viniegra de Arriba, Viniegra de Abajo
Informante: Julia Flaquillo Hernáez (23-5-1902)
Recopiladores: Javier Asensio García y Faustina Lázaro Matute
Lugar y fecha de grabación: Logroño, 15 de septiembre de 1993

 
El testimonio de Julia Flaquillo, originaria de Sotés e hija del practicante que estuvo destinado en Viniegra de Arriba a principios del siglo XX, ha sido de sumo interés pues nos informa de la existencia de un modelo coreográfico hasta ahora inédito en La Rioja, el llamado Paso de David que conoció en su infancia.

Los datos que nos aporta son escuetos pero suficientes para comprobar que se trataba de una danza dramatizada en la que se recreaba el pasaje bíblico de la muerte de Goliath a manos de David.

De este tipo de dramatizaciones o invenciones –como gustaba llamarlas- ya tenemos noticias en el siglo XVI, época en la que se ponderaba la figura del rey David danzador. En las escuelas de danza se justificaba el valor religioso del danzado justificando la antigüedad de este arte en el baile que David ejecutó frente al Arca de la Alianza. Los mismos maestros de danza subrayaban el valor simbólico de no perderle nunca la cara a la imagen sagrada, lo que hizo el rey David “danzando a vista del Arca”:

David, de eterna memoria,
siempre vencedor monarca,
danzando a vista del Arca
se venció, que es mayor gloria:
vencerse es rara victoria,
que excede esfuerzos humanos
y el poder de los tiranos,
luego más gloriosa
es la destreza de los pies
que la fuerza de las manos.

(Juan de Esquivel Navarro, Discursos sobre el Arte del Danzado y sus Excelencias, Sevilla, 1642, edición facsimilar de Librerías París-Valencia, Valencia, 1992, prólogo).

Ese gesto simbólico de no darle nunca la espalda a la imagen sagrada estaba presente en la procesión de la Magdalena de Viniegra de Arriba, en la que los danzadores iban delante de ella moviendo su cuerpo de espaldas para no perderle la cara a la santa. Esto podemos comprobarlo en esta fotografía antigua.

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Fotografía: Cortesía de Laureano Gómez y de la Asociación Protectora de Viniegra de Arriba

La fotografía fue disparada hacia el año 1900 y nos muestra unos detalles de sumo interés. La procesión va desde la ermita de la santa hasta la iglesia del pueblo, cruzando el Río de la Sierra por un puente que todavía se mantiene en pie. Delante van los hombres del pueblo –la mayoría hidalgos vistiendo capa y sombrero–, delante de la imagen de la santa van los danzadores, de espaldas para no perder nunca la cara a la Virgen, con su pantalón de diario el día de la víspera ya que guardaban el blanco para el día grande. Tras la imagen de la patrona van las mujeres del pueblo, la mayoría con falda y mantilla negra.

Como vemos, el llamado Paso de David puede tener dos significados, uno el de danzar dando vista a la imagen y el otro el de representar la lucha y la victoria del pequeño héroe frente al tirano Goliath e incluso celebrar esta heroicidad con danzas de homenaje, así se difundía en las escuelas de danza cortesanas del siglo XVII:

Es gracia superior la del danzado
y siempre la han cursado
los monarcas del mundo
desde David, sujeto sin segundo,
que les dio el documento
pues danzó ante el divino Testamento.
Y cuando vencedor salió triunfante
de dar muerte al Gigante
danzando le reciben
cuyas memorias para siempre viven
y las celebra el suelo
como misterios del divino Cielo.

(Juan de Esquivel Navarro, obra citada, página 7).

La antigüedad del Paso de David

Como hemos indicado anteriormente fueron las procesiones del Corpus de los siglos XVI y XVII las que pusieron en escena algunos pasajes bíblicos entre los que se encontraba el de la victoria de David.

En el Corpus madrileño de 1561 se describen los atuendos de los intérpretes de esta danza: “Danza del gigante Goliat y David. Goliat con cabeza de gigante, cota y calzón abierto. Tres filisteos con el mismo traje. Saúl, rey hebreo, con calzones y tocado de judío y manto y plumas. Otros dos hebreos, con el mismo traje. David, con pellico de pastor y calzones y zurrón y honda montera redonda”.

En el año 1622 se representó una danza sobre “la historia del rey Saúl y el gigante Goliat en la que interviene el rey David vestido de pastor» (Salvador Domingo en obra dirigida por Miguel Manzano Alonso, Cancionero popular de Burgos, tomo VII, música instrumental, Diputación provincial de Burgos, 2006, página 45).

La pervivencia del Paso de David en la tradición actual

Esta danza no solo se ejecutó en Viniegra de Arriba –y en una localidad próxima como veremos más adelante- sino que también formaba y aún forma parte del repertorio de algunos, muy contados, pueblos de la vieja Castilla, gracias a lo cual podemos deducir cómo pudo ejecutarse la danza en nuestra villa serrana

Por los datos que nos aportó Julia Flaquillo sabemos que los danzadores viniegreses escenificaban con un tiro la pedrada que David le lanzó a Goliath, que éste caía muerto al suelo en una especie de colchón y, seguramente, era transportado por los danzadores como lo hacen en otros pueblos de La Rioja en el modelo coreográfico llamado El muerto.

No nos cabe duda que en la ejecución del Paso de David de Viniegra de Arriba hubo de mantenerse una dramatización con diálogos muy similares a los que todavía se conservan en dos pueblos de Burgos (Baños de Valdearados y Pinilla-Trasmonte) y en otros de Palencia y Valladolid.

Vamos a ver dos descripciones de esta danza extraídas de un completísimo cancionero burgalés:

«La danza del rey David y Goliath era una representación parateatral o auto de carácter popular. Lázaro Palomino indica que la representación del rey David y Goliath la realizaban los danzadores frente a la casa del cura, el día de San Roque tras la misa. Cinco hacían de soldados y los otros de Goliath, de David y de rey, haciendo el zarragón de capitán y recitaban el texto siguiente:


Goliath: Caballero rey Raúl     gran caballero por armas
si os tenéis por caballero     ¿qué teméis que os acobarda?
Siento sofoco y valor     que en vuestro pecho se halla
tras salir a pelear     con este gigante en campaña.
Rey: No hay razón que se consienta     a Israel tan discreto
sólo por una arrogancia     ¿se ha de volver un reino?
Salgan cinco mil hombres a él     tráingalo de prisionero
y si cinco no bastasen     salga un ejército entero.
Goliath: Salga uno, salgan dos     salgan diez, salgan cincuenta
con mi cuchillo en la mano     a todos he de dar cuenta.
(Llegan los soldados)
Capitán: Mira que a por ti venimos     cinco soldados y un cabo
y yo como comandante     de esta corta compañía
he de salir el primero     a rajarte la barriga.
Adelante, mis soldados,     a bayoneta calada
si decís que somos pocos     que nos ayuden los guardias.
Goliath: Yo no temo a los guardias     ni tampoco a los soldados
ni tampoco al zarragón     con mi cuchillo en la mano.
(Los mata a todos. El rey ofrece la mano de su hija al que llevase la cabeza de Goliath)
David: No le dé a usted cuidado     ni tampoco le dé miedo
si me llegase a matar     pastorcillo más o menos
hay más pastores de sobra     que rabos hay de cordero
avísote, gran gigante,     mira que yo por ti vengo
y si a la primera no te doy     a la segunda te espero
y a la tercera verás     tu cuerpo tendido en el suelo.
Goliath: Pícaro desvergonzado     me tratas como a un perro
quiera Dios que si te pillo     a ti te mande hasta el cielo
y para cuando de allí bajaras     mil pedazos llegues hecho.
(David mata con la honda a Goliath, al que meten en una caja y resucitando los soldados comienzan a danzar)
 
Los danzantes de Pinilla-Trasmonte realizaban una representación con texto similar. También la encontramos en Cigales de Valladolid y Dueñas de Palencia.
 
«Era una representación parateatral o auto de carácter popular que realizaban los danzantes con su zarragón. Estando el rey Saúl en su trono junto a cinco danzantes, el zarragón en su papel de gracioso y el pastor David entre el público, entra el gigante Goliat y se dirige al rey…:
 
Gigante: Caballero rey Saúl,     grande y cobarde por armas
os tenéis por caballero     ¿qué os teme, qué os acobarda?
Mas siento el poco valor     que en vuestro pecho se halla
para salir a pelear     a ese campo de batalla.
Rey: No es razón que se consienta     que un hombre por tan discreto
tan sólo por su arrogancia     no se va a perder mi reino.
Salgan cinco hombres a él     y tráigamenlo sujeto
y si cinco no bastaran     salga un ejército entero.
Gigante: Salga ese gran rey     Saúl salga su hijo Jonatas
salgan cinco hombres con él     que un solo hombre le aguarda.
Salga uno, salgan dos,     salgan tres, salgan cincuenta
que con mi espada en la mano     de todos he de dar cuenta.
(Luchan los cinco y el gigante los vence. La primera vez que se cruzan, se golpean con los palos y la segunda les agarra por el cuello y se ponen de rodillas. Mientras, el zarragón está dando saltos y despistando y llama al pastor que estaba entre la gente).
Zarragón: Si no vales para pastor     ¿por qué engañas a tus amos?
(El pastor tira el capote y se postra ante el rey)
Pastor: Válgame Dios qué dolor     válgame Dios qué tristeza
ver a mis hermanos muertos     sin salir a su defensa.
Mi rey, si me dáis licencia     que yo a pedírosla vengo
para salir a pelear     con ese gigante fiero.
Rey: Para tan grande gigante     me parecéis muy pequeño.
Pastor: Eso no os dé cuidado     ni tampoco os dé miedo
que si él me mata a mí     pastorcillo más o menos
hay más pastores de sobra     que rabos hay de cordero.
Rey: La licencia yo os la doy     y también os la concedo
que si vos nos lo matáis     os prometo un casamiento
con una hija que Dios me ha dado     y la mitad de mi reino.
(Sale el pastor a luchar)
Pastor: Avísote gran gigante     mira que a matarte vengo
que si Dios quiere y la Virgen     morirás o moriremos.
Zarragón: Eso será lo más cierto.
Gigante: Pícaro vil y atrevido     tratarme peor que a un perro.
Zarragón: Peor que a un gato.
(El pastor y el gigante luchan)
Pastor: Avísote gran gigante     mira que a matarte vengo
que si Dios quiere y la Virgen     y el bendito San Laureano
te cortaré la cabeza     por el rape del pescuezo
y ponerla en la punta de este palo.
Zarragón: Mira que vas a morir     ya te puedes confesar
ahí tienes al Mantecas     la solución te echará
el entierro será pronto     y las andas serán de paja
y el señor cura el hisopo     será el rabo de una vaca.
(Simula que le dan con el rabo o cola)
Gigante: Vive Dios que si te cojo     y te tiro por lo alto
cuando vuelvas a caer     sentirás más que el porrazo
el hambre que has de pasar     en un camino tan largo.
(Baila el pastor con el gigante)
Pastor: Con los cantos y mi honda     con que cuido mi rebaño
te pegaré tres pedradas     y al suelo caerás tirado.
A la una no te di     a la segunda te espero
a la tercera     muerto caerás en el suelo.
(Tras amenazarle con la honda, el gigante cae al suelo a la tercera)
El final:
De ir y venir a la huerta
de ir y venir me trae muerta
el perejil se me seca
la hierbabuena no nace
con qué pagaré la renta
con qué la pagaré yo.»

(Salvador Domingo en obra dirigida por Miguel Manzano Alonso, Cancionero popular de Burgos, tomo VII, música instrumental, Diputación provincial de Burgos, 2006, páginas 101 y 109).

El paso de David en Viniegra de Abajo

Las danzas de Viniegra de Abajo desaparecieron, como las de su homónima de Arriba, a principios del siglo XX y por lo que conocemos –también gracias al cancionero de Kurt Schindler-, tenían ciertas similitudes. El músico alemán anotó varias melodías de las danzas de ambas localidades pero en ninguno de los dos casos pudo recoger noticias del Paso de David. Gracias a una noticia escueta, escrita en tono de humor, por el corresponsal de la revista El Najerilla sabemos que también en Viniegra de Abajo se ejecutaba este Paso de David. El corresponsal de la revista en esta localidad da la noticia de que varios obreros fueron a merendar a Fuente Turza y

«Una vez allí, y al pie de la fuente, que todos fueron unánimes en reconocer sus excelencias y la pureza de sus cristalinas aguas, pero que ninguno probó por temor a adquirir un catarro, se procedió con un ardor digno de mejor causa, a preparar la hoguera a que habían sido condenadas las inocentes víctimas, las cuales, hechas trozos por el anémico brazo de José, y ensartadas en largo espadón, el que si no estamos equivocados, si no es el mismo, es descendiente del que tan fieramente esgrimía el tío Leoncio cuando el día de Santiago hacía de Gigante Goliat en el paso de David, fueron puestas a la hoguera sufriendo un lento fuego.»

(Revista El Najerilla, Mansilla de la Sierra, mayo de 1921, nº 24, página 3).

Bibliografía:

  • José Antonio Quijera Pérez, “Notas sobre un modelo dancístico de La Rioja: El muerto” en Revista de Folklore, Caja España, Valladolid, 1988, tomo 08b, nº 95, páginas 147-150.
  • Juan de Esquivel Navarro, Discursos sobre el Arte del Danzado y sus Excelencias, Sevilla, 1642, edición facsimilar de Librerías París-Valencia, Valencia, 1992.
  • Salvador Domingo en obra dirigida por Miguel Manzano Alonso, Cancionero popular de Burgos, tomo VII, música instrumental, Diputación provincial de Burgos, 2006, páginas 101 y 109.
  • Kurt Schindler, Música y Poesía Popular de España y Portugal, Diputación de Salamanca, 1991. Primera edición en inglés, Nueva York, 1941.