Título: Albaniña II |
Estaba la blanca niña estaba la blanca flor
sentadita en silla de oro bordando en su bastidor
por allá pasó don Carlos el hijo (d)el emperador
con la guitarra en la mano entonando esta canción:
–¡Quién pudiera, blanca niña, quién pudiera, blanca flor
dormir contigo esta noche sin que se entere tu amor!
–Pues mi amor está de caza en los montes de León
pa que no venga esta noche le echaré una maldición
que se caiga del caballo y se parta el corazón–.
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–¿De quién es esta gran capa que en mi percha veo yo?
–Tuya, tuya, maridito, que te la regalo yo.
–¿De quién es ese caballo que en mi cuadra veo yo?
–Tuyo, tuyo, maridito, que te lo regalo yo.
–¿Quién es ese, quién es ese que en mi cama veo yo?
–Es el hijo la vecina que aquí anoche se quedó.
–¡Qué niño ni qué carajo tiene más barbas que yo!–.
Bibliografía
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.