Título: La disputa del amo y el labrador |
El labrador se las prometía muy felices ante la perspectiva de un mes de mayo lluvioso que le impediría ir a labrar muchos días:
Agua, Dios, y venga mayo,
que ajustado estoy por año.
Y el amo le dio la vuelta al refrán, indicándole a su peón que no iba a librarse de trabajar:
Agua, Dios, y mayo venga,
si no vas a labrar irás a por leña.