Título: Madre, en la puerta hay un niño XVII + El Niño perdido y hallado en el templo I |
–Madre, en la puerta hay un Niño más hermoso que el sol bello,
considera tendrá frío porque el pobre estaba en cueros.
–Anda, dile que entre se calentará
porque en este pueblo ya no hay caridad–.
Entra el Niño y se calienta conforme se calentaba
le pregunta la patrona de qué pueblo y de qué patria.
–Soy de tierras lejas
mi madre es del cielo yo bajé a la tierra.
–Niño, si quieres cenar contaremos de guisado
y te tendremos en casa como hijo muy estimado.
–Eso no, señora,
que tengo una madre que el cielo la adora.
–Hazle la cama al Niño en la alcoba y con primor.
–No me la haga usted, señora, que mi cama es un rincón
desde que nací
hasta que en cruz muera ha de ser así–.
–Vamos a buscarle por calles y plazas
al sol de los soles
al que nos alumbra con sus resplandores–.
A eso de los tres días lo encontraron en el templo
con la Hostia consagrada y el divino sacramento.
“Esto lo cantábamos más que nada cuando llegaba la Nochebuena, en la cena de Nochebuena, en casa se cantaba, nos juntábamos allá los abuelos, con los tíos, y entonces allá cantábamos. Mi tía Elisa, Elisa Díez, tocaba la guitarra. Y, claro, de oírlas cantar a los padres y a los tíos se te quedan esas historias”.
Bibliografía:
- Puede escucharse en el CD que acompaña al libro de Javier Asensio García y Helena Ortiz Viana, La navidad riojana, Piedra de Rayo, Logroño, 2005, corte 18.