En Sevilla hay una casa      y en la casa hay una huerta
y en la huerta hay una fuente      fuente toda iluminada
por un chorro mana oro      por el otro mana plata
por el otro ricas perlas      por el otro agua clara.
Liviana sale a lavarse      Liviana su linda cara
se le aparece una sierpe      sierpe toda envenenada.
–Son los amores del rey      que por ti andan que andan.
Si me das lo que te pido      yo no te pido la vida
de la cintura pa bajo      de la rodilla p’arriba
si me das lo que te pido      querida y pura Liviana
te he de hacer reina en Castilla      te he de hacer en Alemania
te he de dar los siete imperios      que mi padre me los guarda.
–No quiero reina en Castilla      ni tampoco en Alemania
ni quiero los siete imperios      que tu padre me los guarda–.

Pese a tratarse de una versión trunca es de sumo interés pues se trata de un romance de los llamados viejos que ya son muy difíciles de hallar en la tradición oral, sus versos de un gran nivel poético y la melodía es original, poco habitual para este romance.

Bibliografía:

• Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.