Título: La vida del caracol II |
La vida del caracol
es muy triste de contar,
si ustedes guardan silencio
se la voy a relatar:
se cría en el campo
como las patatas,
no tiene narices,
orejas ni patas.
Si algún día cuando llueve
salen los rayos del sol
sale a pasear en breve
nuestro humilde caracol.
Como eso lo saben
jóvenes y viejos
salen a buscarlos
y los meten presos.
Los meten en una cesta
en una sartén o puchero
donde allí se echan la siesta
hasta su día postrero
y si alguno logra
marchar de sus redes
se sube y se seca
sobre las paredes.
Graciosa canción que nosotros la solemos relacionar con la creatividad y jocosidad de la gente pobre, precisamente quienes por necesidad se han visto obligados a recoger caracoles para su propio sustento.