Tenía una varita el rey y el lacayo iba por delante y cuando tenía que abrir la puerta le daba el rey al lacayo patadas en el culo, le tocaba un poquito y abría la puerta, y en una de esas, va el lacayo y le suelta un pedo, y después los ministros:
–¿Ya sabes tú lo que has hecho con el rey? Le has tirao un pedo y tal y cual.
Dice:
–¿Y a qué puerta llamará su real majestad que no sea contestado?

Nota: Cuento referido a Alfonso XIII.

Bibliografía:

• Javier Asensio García, Cuentos riojanos de tradición oral, Piedra de Rayo, Logroño, 2004.