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Título: Canciones tras el sorteo de novios |
El señor Abel nos cuenta varias anécdotas sobre la antigua costumbre riojana de «echar a novios» la última noche del año. En una boina se ponían las papeletas de los mozos y en otra la de las mozas. La cuestión era emparejar un chico con una chica. Si había más mozas que mozos, alguno de estos tenía suerte y se llevaba dos. Entre los rituales que había que cumplimentar durante la noche y al día siguiente, Año Nuevo, uno consistía en salir a rondar y cantarle a la chica para darle a conocer el resultado de esta lotería del amor, avisaban así, entre otras cosas, que al día siguiente la chica tenía que invitar al chico a almorzar. La tonadilla era de jota de ronda más seguidillas.
A ti te digo, fulana,
que no lo lleves a mal,
mañana por la mañana,
vendrá fulano a almorzar.Gracias a Dios que he llegado
a la luz de este farol
para sacarme una espina
que traigo en el corazón.A tu puerta hemos llegado
cuatrocientos de cuadrilla,
si quieres que te cantemos
baja cuatrocientas sillas.Con la luna, madre,
con la luna iré,
con el sol no puedo
que me abrasaré,
que me abrasaré,
que me he de abrasar,
con la luna, madre,
con la luna iré.Que no te peines
a lo chulero,
que te no peines
que no te quiero.